lunes, 21 de abril de 2008

Juegos y juguetes: el diseño del individuo?

Pensamos en juguetes e inmediatamente lo asociamos a infancia. Es decir, pensamos al juguete como universo propio de los niños y terreno propio del juego infantil.
No es tan así.
Sí es cierto que un niño necesita “jugar”. El juego es un elemento necesario e indispensable durante la infancia. En todo caso el juguete es vehículo del juego y el juego es vehículo de lo simbólico hacia una realidad externa del YO consciente e inconsciente del adulto potencial. Se puede decir que el juego no es otra cosa que una preparación para la vida adulta.
El juguete en sí, es un estímulo para el juego, y el juego es un estímulo para el desarrollo motriz (físico), cognitivo (intelectual) y afectivo (emocional) del niño, donde descubre que existen reglas de causalidad, de probabilidad y de conducta.
Ahora bien, si pensamos en infancia su asociación inmediata es la inocencia. Esto es irrevocable. Un infante (una criatura recién nacida) contiene un estado de pureza irrepetible que va diluyéndose paulatinamente con el correr de su crecimiento. Un niño es semejante a una pizarra en blanco en la que se ajustarán infinitas improntas[1] según la cultura donde crezca. Todo niño se ve obligado a adaptarse a un mundo social adulto y a una realidad física incomprensible para su presente. Por lo tanto necesita inventar su propio mundo a partir de los elementos a su alcance, traduciéndolo a un lenguaje simbólico, personal y adaptado a sus necesidades. Por medio del juego el niño asimila poco a poco ese mundo externo, lo elabora y se adapta en un proceso continuo de maduración[2] psíquica: asimilación, comprensión y adaptación de la realidad externa, donde el juguete no se resuelve como tal por voluntad del proyectista, sino por voluntad del que juega. El juguete transgrede la idea “forma/uso-función” tal como el diseño la define.

1) Notas al margen

La estructura gramatical innata y universal

El ser humano es una máquina simbólica, cuyos principios internos de funcionamiento le llevan a operar con símbolos, transformar unos o combinarlos para generar nuevos símbolos. Estos símbolos y productos que el hombre hace son su propio reflejo. El reflejo de su mundo interior y exterior. Solo podemos pensar, crear y reconceptualizar desde lo que conocemos.
Desde un punto de vista cognotivista, un sistema se individualiza por referencia a sus causas y efectos y no por referencia a aquello de lo que está hecho. Importa el resultado obtenido a través de ese sistema, el cual responde a una intención determinada: su función. La conducta inteligente que manifiestan algunos "organismos" está causada por una determinada relación que el "organismo" mantiene con una representación. La individualización dependerá del tipo de relación que se trate y el tipo de representación con la que se relaciona. Las representaciones mentales tienen carácter simbólico en cuanto que cumplen con tener contenido, forma, y una realización física (dado que ocurre en el cerebro). Los procesos mentales se entienden como computaciones en cuanto que operan sintácticamente para interactuar y producir nuevos símbolos, contribuyendo así a los cambios y modificaciones de estados mentales del sistema que en último termino se manifiestan en conducta intencional. En el caso del ser humano, además existe un factor motivacional.
A partir de lo descrito la "mente cognotivista" ( Según Jerry Fodor ) estaría formada por diferentes ORGANOS MENTALES o módulos básicamente independientes y encapsulados, cuyo funcionamiento sería activado por la información ambiental, estando el aprendizaje severamente restringido por la propia estructura lógica del sistema. Esto niega el aprendizaje y el desarrollo, postulando la existencia de factores madurativos y una secuencialidad en la activación de los procesos, al necesitar algunos la activación previa de otros. La diferencia entre el niño y el adulto se reduce a la maduración de una estructura cognotivista innata: una memoria universal a recordar. Por lo tanto, retomando el concepto de sistema; podemos pensar nuestra mente como un ordenador en el que interactúan de continuo un "programa operativo" (que opera en tiempo real, y desarrolla la conducta manifiesta) y un "programa de cálculo" (que analiza la experiencia adquirida, reformula y saca nuevas conclusiones).
Por lo tanto, según el cognotivismo, existe una estructura innata que determina y restringe el desarrollo intelectual, y que sus transformaciones madurativas no afectan a la estructura en cuanto tal. El desarrollo mental (Según Chomsky) no es algo que el niño hace; es algo que le pasa al niño; situado en un contexto. Según él existe una estructura gramatical innata, o gramática universal, que forma parte del patrimonio genético de los seres humanos. Nacemos con un patrón lingüístico básico, al cual se amoldan todas las formas de discursos concretos. Este patrón o esquema básico universal está más bien determinado por un esquema de razonamiento lógico que permite relacionar todo tipo de información codificable: todo aquello que pueda transformarse en concepto; un signo común, una convención dentro de una estructura gramatical manifestando un lenguaje que permite arribar a conclusiones, transformándose en conductas.
¿Podemos pensar en una Genética Universal, siendo que el Universo está regido por un patrón físico-matemático en un marco caótico? (a nivel quántico también existe el caos, entendiendo por caos la imposibilidad de determinar un comportamiento regular y uniforme). La multiplicación celular está regida por un patrón matemático de carácter exponencial. El hombre está formado de células, formadas por átomos en una representación “finita” de microcosmos, regidos por un mismo patrón Universal; físico-matemático y caótico. Por naturaleza genética es probable que exista un "patrón gramatical" de carácter lógico-matemático (lógico-relativo), la posibilidad de contar con una estructura natural para la combinación y asociación de factores con un resultado esperado, cuya repetición determina una ley o conclusión. Esto es, quizás, la gramática Universal a la que hace referencia Chomsky (o su principio) .- La posibilidad que tiene el hombre, en forma natural de estructurar mentalmente factores que arriben a una conclusión y generar a partir de éstos un lenguaje, un discurso, y otorgarle sentido.
Por naturaleza genética traerímos esta predisposición la cual se pone en marcha en el útero materno a través de la percepción de los estados anímicos de la madre debido a que existe una gramática y semiótica de las pasiones[3] -tal como lo observa Paolo Fabbri-. Como hombres, nos caracterizamos por una naturaleza pasional, siendo que lo pasional está ligado a lo sentimental e instintivo (esto es lo que básicamente nos diferencia de la tecnología inteligente).
Por otro lado, esta gramática Universal, como tal, opera como “Aguja” en las “vastas de acolchado” de S/S tal como lo entiende Lacan, teniendo en cuenta que en principio rige el mecanismo por el cual se llegará al significante, siendo el significante la conclusión de un proceso mental, que en su condición de conclusión devela la conducta manifiesta. Estas conclusiones y su carácter de conducta definida son representadas en cuanto tal a la pluridireccionalidad que las generan, entendiéndose que en cuanto a lo gramatical, no sólo es lenguaje entendido como la codificación de símbolos (letras) sino que también existen una gama infinitas de lenguajes con sus respectivos discursos (sobre todo los objetos del hábitat (o el entorno) siendo que el hábitat donde nace y crece el niño estará sujeto al discurso de sus padres y éste en un nivel tanto consciente, como inconsciente es percibido en su conjunto). El niño no solo aprende o es afectado, por un lenguaje basado en palabras. Son muchos los lenguajes que impactan en el niño y el entorno es uno de ellos.-
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Los juguetes y la estimulación de las inteligencias

Teoría de las inteligencias múltiples (H. Gardner): la capacidad hábil de operar y resolver problemas; y de crear productos a partir de un ambiente rico en circunstancias y re-elaborar la realidad del individuo y su núcleo social. Estos resultados van a estar en estrecha relación con los medios que el ambiente proporciona para su realización, y que se materializan en distintos signos, símbolos y objetos que las estimulan y propician su desarrollo. Es en ese sentido que los juguetes cumplen un rol importante

Juguetes para el desarrollo de la inteligencia lingüística
Juguetes para el desarrollo de la inteligencia lógico-matemática
Juguetes para el desarrollo de la inteligencia espacial
Juguetes para la inteligencia físico-cinestésica
Juguetes para la inteligencia musical
Juguetes para el desarrollo de la inteligencia interpersonal
Juguetes para el desarrollo de la inteligencia intrapersonal

Criterios para la calificación de los juguetes

La clasificación de Bühler,

-Juguetes proyectados para el movimiento y la provisión de actividad motora, con vista al desarrollo muscular.
-Juguetes adecuados para el juego constructivo y creador, cuya fase señala el comienzo de la conquista del niño de los materiales que le rodean.
-Juguetes que se prestan a la acción dramática, la ficción, y el juego imitativo y capacitan al niño o niña a penetrar en el mundo de la fantasía.

Otras clasificaciones

• Juguetes para la concentración visual y auditiva.
• Juguetes para la discriminación perceptual.
• Juguetes para el desarrollo de la actividad con objetos.
• Juguetes para la formación de los movimientos finos (presión, agarre, etc.)
• Juguetes para estimular la motricidad gruesa.
• Juguetes para el desarrollo del lenguaje.
• Juguetes para la generalización de relaciones.
• Juguetes para la estimulación de emociones positivas.
• Juguetes para el desarrollo sensorial.
• Juguetes para la estimulación de los procesos asociativos.
• Juguetes para la formación de representaciones.


Otra clasificación semejante, en la línea conceptual de H. Page, es la siguiente:

• Juguetes para el desarrollo del vigor y la destreza motriz.
• Juguetes para las acciones constructivas y creadoras.
• Juguetes para la representación e imitación.
• Juguetes para el desenvolvimiento social.
• Juguetes para la habilidad artística: artes y manualidades.
• Juguetes para la adquisición de conocimientos.
• Juguetes de interés científico y de relaciones mecánicas.
• Hobbies o intereses cognoscitivos especiales.


(2) Notas al margen

“… podemos conjeturar … una relación de correspondencia y oposición entre juego y rito, en el sentido de que ambos mantienen una relación con el calendario y con el tiempo, pero que dicha relación es inversa en cada caso: el rito fija y estructura el calendario, el juego en cambio, aún cuando todavía no sepamos cómo ni por qué, lo altera y lo destruye.” – Así lo analiza Giorgio Agamben en su libro “Infancia e historia”, donde por ende, al tocar las cuestiones de calendario a continuación asegura que “…las esferas del juego y de lo sagrado están estrechamente ligada…” al igual que el rito. “… el origen de la mayoría de los juegos que conocemos se halla en antiguas ceremonias sagradas, en danzas, luchas rituales y prácticas adivinatorias…en el juego de pelota podemos discernir las huellas de la representación ritual de un mito en el cual los dioses luchaban por la posesión del sol; la ronda era un antiguo rito matrimonial; los juegos de azar deriban de prácticas oraculares; el trompo y el damero eran instrumentos adivinatorios…”
Necesario e interesante es la cita a la que acude Agamben, tomada de E. Benveniste. “…Si lo sagrado puede definirse mediante la unidad consustancial del mito y el rito, podríamos decir que hay juego cuando solo se cumple una mitad de la operación sagrada, traduciendo únicamente el mito en palabras y únicamente el rito en acciones.” Tras lo cual arriba a la siguiente conclusión: “Al jugar, el hombre se desprende del tiempo sagrado y lo “olvida” en el tiempo humano”…”…El carácter escencial del juguete es algo singular que solamente puede captarse en la dimensión temporal de un “una vez” y de un “ya no más”… El juguete es aquello que perteneció – una vez, ya no más - a la esfera de lo sagrado o a la esfera práctico-económica.”
“Lo que el juguete conserva de su modelo sagrado o económico, lo que sobrevive tras el desmenbramiento o la miniaturización , no es más que la temporalidad humana que estaba contenida en ellos, su pura esencia histórica. El juguete es una materialización de la historicidad contenida en los objetos, que aquel logra extraer a través de una particular manipulación. Mientras que el valor y el significado del objeto antiguo y del documento estan en función de su antigüedad, del modo en que presentifican y vuelven tangible un pasado más o menos remoto, el juguete, fragmentando y tergiversando el pasado o bien miniaturizando el presente – jugando pues tanto con la diacronía como con la sincronía – presentifica y vuelve tangible la temporalidad humana en sí misma, la pura distancia diferencial entre el “una vez”y el “ya no más” … el juguete presenta cierta analogía con el bricolage del que se sirve Lévi-Strauss … el juguete también se sirve de residuos y fragmentos … y transforma así antiguos significados en significantes, y viceversa…”

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[1] Diferentes estudios médicos indican que la impronta cultural que cada individuo va incorporando a su estructura psíquica comienza en el útero materno a los tres meses de gestación.

[2] El tipo de juegos que los niños practican muestran su evolución: - Juegos funcionales, juegos de acción, de sensaciones y movimientos, en la etapa de las adquisiciones sensorias motrices. - Juegos de ficción, juegos simbólicos o de representación, en las etapas del pensamiento preoperatorio y de las operaciones concretas. - Juegos reglados y estructurados, deporte, juegos de competición, propios de la etapa del pensamiento formal y de la concentración.

[3] - Al tercer mes de vida uterina, el hombre ya se comporta como una unidad biológica receptiva de estímulos externos. No comprende especificidades o más bien no atribuye significados a los estímulos, pero si percibe cambios pasionales en su madre que guardan un patrón gramatical, o más bien sintáctico: Ansiedad-incertidumbre-euforia-miedo...... Percibe que se suceden con un orden, que existen en el tiempo y que se yuxtaponen. Al nacer sigue sin comprender concretamente los significantes que lo rodean, pero sigue percibiendo que existe una relación entre los elementos del mundo que lo afectan.
Gonzalo J. Bartha